INTRODUCCION

Bienvenidos a nuestro blog sobre los... INSECTICIDAS.
Desde hace siglos, las personas hemos usado insecticidas y pesticidas para proteger sus cosechas de las plagas de insectos. Para ello, recurrían a sustancias que encontraban en su entorno como el polvo de azufre, el arsénico, el plomo o el mercurio. Después se empezó a extraer el sulfato de nicotina del tabaco y usarse como insecticida.
En el siglo XIX, se introdujeron dos nuevos pesticidas más: el Piretro, una planta fuente natural de insecticidas cuya cubierta de las semillas de esta planta contiene un principio activo que actúa tanto como insecticida como de repelente para insectos y la Rotenona, extraída de las raíces de algunas plantas tropicales leguminosas. Más tarde se descubrió el pesticida más útil de todos los nombrados anteriormente: el DDT.
Aunque el DDT fue sintetizado por primera vez en 1874, fue Paul Müller quien, en 1939, descubrió sus propiedades como insecticida. Resultó que el DDT era muy útil contra ciertos artrópodos que propagaban enfermedades como la malaria o la fiebre amarilla.
Años después Rachel Carson, una bióloga americana, publicó un libro en el que señalaba el impacto ambiental que estaba produciendo el uso indiscriminado de pesticidas a base de DDT. Tras este anuncio, se abrió una polémica en torno a su uso. En consecuencia, la mayoría de gobiernos optaron por restringir su uso a casos excepcionales en los que hubiera peligro de contagio de una epidemia humana propagada por estos insectos.
Como comisión encargada de los insecticidas, es nuestro objetivo reunir información sobre estos. Comenzaremos por estudiar el DDT como principal insecticida, tanto su obtención como los problemas derivados de su uso.